Es increíble lo enganchados que están los críos a este juego, les encanta. Y a los hijos de mi compañera Charo también, por eso me dijo que la tarta para celebrar sus cumples, este año, tenía que ser de Minecraft.
Es un juego tan raro que es difícil sacarle partido, pero bueno. Forré la tarta cuadrada con unas placas de fondant que dejé endurecer, después las pinté para darle el efecto pixelado y añadí los personajes modelados también con fondant. Esta vez el relleno era de vainilla y caramelo.